Archivos Mensuales: marzo 2012
Desigualdad e ineficiencia económica
Este post entronca con el comentario de NP-completo sobre la percepción distorsionada que los españoles tenemos de nuestra riqueza. Imaginad que un socialista-marxista-trapecista rrradical convocara un referendum en el que se nos diera la opción de igualar la riqueza personal de todo el mundo: juntar todo el patrimonio personal de los españoles y dividirlo a partes iguales entre todos. Pensando solo en tu interés personal, ¿votarías a favor, o en contra? En un esquema meramente egoísta de decisión, la única variable relevante será saber si tengo más o menos que la media. Alguien podría razonar: «la mitad de la población tendrá más dinero que la media, y la otra mitad tendrá menos, de manera que el referendum debería resultar en un empate». Y esa manera de razonar estaría radicalmente equivocada. Y, a la vez, posiblemente fuera correcta.
La media de la distribución de riqueza es lo que resultaría de juntarlo todo y dividirlo a partes iguales. La cantidad de dinero tal que la mitad tiene más y la mitad tiene menos se llama, en cambio, mediana. Media y mediana no tienen por qué coincidir. Veamos un ejemplo:
Repartamos 100.000€ entre diez personas. Sin saber nada más, ya podemos averiguar cuál es la media: 10.000€ por cabeza. Pero ahora estudiemos en detalle la distribución.
1.000€ | 3 personas |
2.000€ | 2 personas |
3.000€ | 1 personas |
5.000€ | 1 personas |
6.000€ | 1 personas |
9.000€ | 1 personas |
70.000€ | 1 personas |
Nadie sabe cuánto dinero se repartió, de manera que no conocen la media. ¿Cómo saber qué votar en el referendum socialista-marxista-trapecista?
Obviamente, las personas que recibieron 1.000€ saben que sólo pueden ganar. Las que recibieron 2.000€ es bien posible que piensen lo mismo, ya que 5 personas tienen más que ellos. El caso interesante es el de las personas que recibieron 3.000€, 5.000€, 6.000€ y 9.000€. Ven que tienen más que la mayoría y dudan. Si no son conscientes de que hay una persona que obtuvo, ella sola, 70.000€, es bien posible que voten en contra del reparto. A pesar de ser totalmente en contra de sus intereses.
La media del dinero recibido es, como ya dijimos, 10.000€. La mediana es la cantidad que divide a la población en dos partes iguales. Podemos ponerla en 2.500€. Los que tengan más, si no piensan mucho, se creerán ricos. Y votarán lo que votarían los ricos.
¿Cómo es la distribución real de la riqueza? Pues realmente, como en el ejemplo. En todos los países del mundo a la mayoría le convendría el reparto de la riqueza. Aunque el referendum socialista-marxista-trapecista que propongo es una caricatura, es cierto que en muchos países la gente vota a partidos de derechas (económicamente hablando), que tomarán algunas medidas de reparto de la riqueza que incrementarán la desigualdad, perjudicándoles. ¿Es la gente inconsciente de este hecho? En parte. Pero otro factor nada desdeñable es que mucha gente tiene una percepción equivocada de su lugar en la escala económica.
En España, la media de renta familiar está en 154.000€, y la mediana en 95.600€. Eso significa que mucha gente cuyo patrimonio es mayor que 95.600€ pero menor que 154.000€ CREE que saldría perdiendo con medidas redistribuidoras de riqueza. ¿De qué fracción de la población estamos hablando? Según los datos de este artículo de F. Azpitarte, alrededor del 25% de la población tiene una riqueza que se sitúa entre la media y la mediana. No está mal. Es población a la que el desconocimiento de la estadística puede hacer elegir una política contra sus propios intereses. Más aún: el 10% más rico de la población es dueño del 42,6% de la riqueza del país. Algo menos de la mitad. Waw.
Si nos fijamos en los ingresos, un ejecutivo (CEO) de una gran empresa gana, en promedio, unas 1.000 veces lo que gana un trabajador. En 1970 la proporción era tan solo de 40 a 1. ¿En serio? ¿Me quieren decir que la riqueza que crea un ejecutivo es 1.000 veces mayor que la que creo yo? A lo largo de mis 15 años de vida laboral he enseñado matemáticas a alrededor de 10.000 chicos y publicado más de 20 artículos de investigación. Luego el ejecutivo promedio ha debido crear una riqueza equivalente a enseñar matemáticas a diez millones de personas y publicar veintemil artículos. De nuevo, waw.
¿Y cómo se ha comportado la desigualdad en los últimos tiempos? La siguiente gráfica lo muestra: no ha hecho más que crecer. Según datos del Banco de España, analizados por Alberto Garzón, ésta es la evolución del salario real en España, ajustado con la inflación, en los últimos años:
Sí. Ha decrecido. ¿A qué se debe ese repunte final? Es fácil de entender: cuando comienza la crisis y comienzan los despidos masivos, los primeros trabajadores en perder el empleo son los eventuales, que cobran menos en promedio. No hay ninguna subida real, sólo una expulsión del mercado de los que menos cobraban. Bueno. Alguien podría aducir que la disminución salarial quizás se deba a que todos somos más pobres. No. Se debe a que los beneficios empresariales han crecido, a costa de la masa salarial, en los últimos años (de nuevo, datos elaborados por Alberto Garzón):
Visto desde el punto de vista de la justicia y de la ética, no tiene ninguna lógica. ¿Y desde el punto de vista de la eficiencia? ¿Es posible que esa desigualdad sirva como acicate para que nos intentemos superar, haciendo a la economía prosperar para todos? Si los ricos usan la renta obtenida para reinvertir en la economía productiva, crearán más riqueza y puestos de trabajo, ¿no es asi? Bueno, depende. Cada empresario reparte su ganancia en dos secciones: dividendos y reinversión. Los dividendos van a su bolsillo. La reinversión es productiva. ¿Qué hacen los empresarios con los dividendos? Pueden gastar en consumo de lujo, o pueden invertir en el extranjero, en deuda pública de cualquier país o en los mercados financieros. En cualquier caso, es dinero que escapa de la economía productiva. La siguiente gráfica muestra la evolución de la fracción de renta empresarial que ha ido a dividendos. Como se puede ver, en los últimos años ha crecido del 20% al 50%.
¿Por qué? Porque estamos en una crisis de demanda. El paro aumenta, los sueldos bajan, el poder adquisitivo de los españoles disminuye. No tiene sentido reinvertir en la economía productiva. Es muy difícil obtener beneficios vendiendo en el mercado interior. Concluimos así que la desigualdad, enorme y creciente, no tiene ningún efecto positivo sobre la economía. Más aún, es el lastre fundamental, ya que detrae recursos de la economía productiva.
¿Hay solución? Sí, sí que la hay. Gravar enormemente esos dividendos. Y reinvertir el dinero obtenido en el desarrollo del Estado del Bienestar, en crear empleo y fomentar la demanda.
¿Y si no hacemos eso? Bueno, entonces la espiral deflacionista solo parará cuando la ausencia de demanda interna ya no sea un problema, porque los trabajadores españoles ya no seamos los clientes de los empresarios españoles. Es decir, cuando los salarios sean tan bajos que nuestra economía se vuelque sobre la exportación. Eso sería terrible. ¿Por qué? Hay dos tipos de economías exportadoras. Las de alto valor añadido, son países con empresas de tecnología avanzada, con personal altamente cualificado, que han dedicado decenios a invertir en ciencia y en I+D+i. Luego están las repúblicas bananeras, donde una mano de obra sin cualificar cobra sueldos de hambre y a los empresarios les importa un rábano, porque sus clientes están en el otro extremo del mundo. Adivinad en qué lado nos toca estar. Si seguimos así, en unos años estaremos compitiendo con China por el mercado de los «Todo a 100».